BARCELONA.- René Pérez, el ex-lider de Calle 13 y que ahora impulsa su carrera en solitario, es una estrella de la música internacional actual. Este artista de Puerto Rico, que vivió de joven en Barcelona, ha revolucionado el reggaetón, el hip-hop y, en general, los ritmos latinos con letras reivindicativas. Ha pasado de recibir Grammys latinos a montones (ha ganado 24 ya) al Premio Internacional en la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, que se celebró en noviembre en Barcelona. Reivindica referentes como Eduardo Galeano, Julian Assange, Rubén Blades o Silvio Rodríguez. René, poeta tímido y algo abrumado por la fama, habla en voz baja en la distancia corta. Nada que ver con la imagen de un cantante de hip- hop.
Llevas una camiseta con el lema “Education Struggle” (Lucha por la educación). En Catalunya, un activista cultural, que se llama Pere Camps, impulsor del festival de cantautores BarnaSants, dice siempre que “la cultura es el kalashnikov del S. XXI”. ¿La cultura y la educación son las mejores armas para el cambio?Llevo esta camiseta para reivindicar la idea de la batalla por la educación que impulsó un grupo de puertorriqueños de Nueva York, que se hacían llamar Young Lords. Eran unos revolucionarios favorables a la independencia de Puerto Rico en la época de los Black Panther y otras organizaciones de izquierda de Estados Unidos. Era una época bien dura. Padecieron el racismo como inmigrantes, por hablar español y por el color de su piel. Pero ellos usaban este reclamo de la educación, la sanidad o la buena alimentación para mejorar las condiciones de vida. Cosas que ahora parecen obvias pero que entonces eran luchas básicas.
Llevas una camiseta con el lema “Education Struggle” (Lucha por la educación). En Catalunya, un activista cultural, que se llama Pere Camps, impulsor del festival de cantautores BarnaSants, dice siempre que “la cultura es el kalashnikov del S. XXI”. ¿La cultura y la educación son las mejores armas para el cambio?Llevo esta camiseta para reivindicar la idea de la batalla por la educación que impulsó un grupo de puertorriqueños de Nueva York, que se hacían llamar Young Lords. Eran unos revolucionarios favorables a la independencia de Puerto Rico en la época de los Black Panther y otras organizaciones de izquierda de Estados Unidos. Era una época bien dura. Padecieron el racismo como inmigrantes, por hablar español y por el color de su piel. Pero ellos usaban este reclamo de la educación, la sanidad o la buena alimentación para mejorar las condiciones de vida. Cosas que ahora parecen obvias pero que entonces eran luchas básicas.
¿Para qué crees que sirven tu música y tus letras en este mundo tan desigual y lleno de injusticias?
"A veces suena un himno o una canción… y eso hace que alguien levante el puño"
Es algo así como un tipo de activismo cultural. Todo sirve. Mis letras sirven igual que puede servir un documental, un libro, una obra de teatro o una película. El objetivo es concienciar a la gente y, al mismo tiempo, conectar con el mundo que tiene ganas de que las cosas mejoren. Quieren ser un cultivo. Sembrar en la tierra para que crezcan cosas. Yo formo parte de todo un movimiento. Quizás es un movimiento pequeño, pero creo que podemos hacer cosas. El poder de la música es impresionante. A veces suena un himno o una canción… y eso hace que alguien levante el puño, en una huelga o una protesta. Si todo el mundo levantara el puño en un momento preciso, podríamos provocar cambios. Por eso la música es fuerte. Algunos ilusos como yo creemos que podemos cambiar el mundo con la música.
Vuestro documental ‘Sin Mapa’ narra el proceso de compromiso político y social que Calle 13 y tú mismo fuisteis haciendo público a lo largo de vuestra carrera. Parece que aquel viaje explique de alguna manera el paso de ser un grupo de música preocupado sobre todo por la estética a ser una banda comprometida por el cambio social.
Siempre estuvimos comprometidos con el cambio. El problema es que yo no estaba allí a su lado para explicar cada canción cuando alguien la escuchaba en cualquier rincón del planeta y la gente podía interpretarlas mal. Con Calle 13 fuimos creciendo y quisimos ser más claros. Pero, de hecho, escribí Querido FBI antes de que saliera una canción más bailable y comercial como Atrévete. El tema Querido FBI expresaba mi cabreo por el asesinato de Filiberto Ojeda (un líder independentista puertorriqueño, partidario de la lucha armada y jefe del Ejército Popular Boricua, más conocido como Macheteros). Aquella canción despertó a mucha gente, sobre todo de los barrios más pobres de Puerto Rico, que en general no recibían este tipo de música. Pero como que era un rap la empezaron a escuchar. Fue la primera vez que una canción de lucha social golpeaba tan fuerte en Puerto Rico. Por eso me atacaron desde todas partes.
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